Muchas personas temen los años que se van. Sin embargo, con cada año que se vaya, puedo convertirme en la verdadera personificación de la experiencia de ese período. De esta forma, me vuelvo una biblioteca de sabiduría para la humanidad. Paso a ser una fuente de consulta obligatoria y todos querrán estar conmigo, vivir en mi compañía. Al valorarme a mí mismo, todos me valorarán igualmente.
10 mar 2008
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